Para que no os perdáis, os seguiré contando desde el momento en que ayer lo deje…
Después que Subzero, le preguntara a Draker, Draker se quito la capucha negra, que casi le acababa de cubrir los ojos completamente y una piel clara como la luna y unas orejas largas, pero lineales salieron a la luz, pero en su rostro eso no era los más extraño. Lo más extraño era esos ojos de color rojo sangre…
-Subzero, ¿no me recuerdas? Claro, es verdad, tu solo eras un niño más pequeño que yo…
-Espera, ¿eres un no muerto? Por tu rostro no lo aparentas.
-Lo sé… me conservo bastante vivo.
-Lo siento, no te recuerdo, si dices que era más joven que tu, mi memoria no llega con claridad.
-Normal, no te culpo. ¿Aun vive por aquí Jm?
-¿Jm? ¿El vampiro? Si, vive en el distrito muerto.
-¿Vampiro? Se murió… Una pena, uno de los pocos humanos honrados que conocía y… Che…
-M… Bueno, como veo que os han fulminado el ejército esas pesadillas vivientes, os invito a los 3 a mi casa. ¿Os parece bien?
Entonces Valient dijo que sí, que le parecía bien, y se fueron por un camino secundario. HunterBlack y Subzero mientras iban, andando iban diciendo los peligros de la zona, y que era una mala idea ir sin un guía, aun que fueras acompañado. Pero una terrible tensión que no se podía escuchar, pero si sentir entre Mania, Draker y Valiant, yacía. Hasta que Mania se atrevió a dirigirse a Draker.
-Draker…
-¿mande?
-No sabía que eras un elfo de la luz, ni que hubieses estado aquí…
-Tú lo has dicho, era, y si, estuve aquí, pero más bien viví aquí.
-¿Cómo?
-¿Quieres que te cuente un cuento?
-Qu… ¿Qué?
-Bueno estate calladito. Una vez había un niño que siempre estaba muy enfermo, y que vivía en la ciudad Umbrena, era un elfo de la luz, aun que era muy bajito. Bueno, pues, un día el niño, cuando tenía 14 años, discutió con sus padres porque él no quería vivir más en Umbrena, sin terminar de discutir, cogió una toga negra con capucha, su herramienta para cosechar y se fue de casa. El chico decidido a encontrar otro lugar donde vivir lejos de esa ciudad, que en ese entonces estaba en su peor momento, se fue corriendo de Umbrena. Cuando ya había anochecido el niño iba escalando con las manos por la pared rocosa, cuando de repente apareció una Pesadilla de Abismo lanzándolo hacia debajo de la montaña. Al caer aun seguía vivo, pero por poco, la pesadilla se puso encima del crio, durmiéndolo y matándolo a pesadillas. Después el chico despertó muerto en un criadero de la Corte demoniaca, más tarde pasaría a formar parte del ejército de la Corte, y al cansarse se iría de ella sin dejar rastro a un lugar donde poder defenderse con sus cadáveres hasta que llegaran los ejércitos de Valient. Bueno, ya sabes por qué se despertar a alguien que tiene una pesadilla, tuve que aprender por el miedo que me pudiera volver a pasar lo mismo que cuando morí. Je, menuda historia te he montado, no es que te importe, pero al menos ahora sabreis algo de mí.
Mania tenía los ojos abiertos como platos, y Unto que estaba algo más detrás de Draker parecía atónito. Y al verlos, Draker, se volvió a poner la capucha y se dejo la mano en la cabeza. Miro a Mania y se puso a hablar con Unto.
-¡Unto! ¿Cómo es la fina vida de un rey?
-Bueno, más que nada es luchar andar, y que te atiendan los siervos, no es muy interesante.
-Siempre que oigo que no es muy interesante, me da que me mienten.
-Pues tranquilo que no te miento.
-Va… ¿Y con tu padre Aer?
Unto trago saliva y prosiguió.
-Draker, ¿qué te importa ahora? No es momento para hablar de esto.
-Lo siento, hombre, era simple curiosidad…
Entonces interrumpió Hunterblack.
-Viajeros. Ya hemos llegado a la ciudad.

Una ciudad de murallas inmensas, de color blanco se alzaba delante de los 5 caminantes, dejando a Mania y Valient asombrados a la majestuosidad de las murallas.