Cuando los 5 entraron por las inmensas puertas de la ciudad, Valient y Mania se quedaron asombrados, mientras que los dos guías iban de forma normal y Draker, con curiosidad iba mirando todos los escaparates de las tiendas de la entrada.
Cuando HunterBlack reunió a Valient, Mania, Subzero y a el mismo, pregunto dónde estaba Draker, y todos miraron a su alrededor sin encontrarlo. Valiant, vio una tienda en la que la gente estaba entrando sin parar, se aproximo a ella y entro. Allí estaba Draker, con al menos una treintena de armas encima del mostrador, mirando guadañas, espadas y puñales, comprando unos con otros sin parar. Cuando estaba mirando una segadora, una guadaña muy estilosa y una daga de la Ira, se paro, se giro a mirar a Valient, se quedo un momento embobado mirándolo, y se dirigió firmemente entre la gente que estaba en medio de Valient y el asta llegar a su Lider, cuando llego delante del se quedo mirándolo como atontado, cambio la expresión de la cara, se rio, cogió del brazo a Valient, y lo estiro asta delante del mostrador. Cogio una espada segadora y una espada abisal y cogiéndolas de la hoja se las enseño a Valient.
-¿Cual te gusta más?
-¿Para qué me lo preguntas?
-Tú solo dilo.
-Pues la segadora, por supuesto.
-¡Ok!
Entonces cogió una Daga de la Ira y una Daga de Huesos e izo el mismo procedimiento.
-¡Cual!
-La de Huesos.
Entonces cogió una guadaña de acero, la espada y la daga que trió Valient u las compro. Pidiendo que se las envolvieran en papel de regalos y cuando ya estaban empapelados los cogió en los brazos.
Cuando Valient y Draker salieron, el resto estaba sentado en unas sillas delante de una taberna. Valiant y su fiel comprador compulsivo, se dirigieron a Mania, Subzero y Hunterblack, sentándose a su lado. Cuando se sentaron Draker le dio la guadaña dentro del papel de regalo a Valient.
-M… ¿Para qué quiero esto?
-Tú solo guárdalo
-Supongo que vale. Pero no me mandes.
-Si señor…
-¿Por que habéis tardado tanto? (Mania)
-Por qué se ve que a Draker le gusta comprar…
Entonces Draker, dio un círculo con la vista y se dirigió a SubZero
- Subzero, ¿Dónde vive JM?
-Ya os lo he dicho, en el distracto muerto. Ese distracto esta al final de todo de la calle principal. Los vivos, sino nos de la autoridad no se van a esa zona, así que tendrás que ir solo.
-Sí. ¿Y tú donde vives?
-En es distracto Apostata. Está al lado del distracto muerto, mi número de casa es el 49.
Entonces Draker se levanto, se despidió y se fue a paso ligero. El resto del grupo se quedo un rato sentados hasta que Hunterblack se levanto y dispuso a todos los otros de irse a su casa.
Y pasaron 3h…
-Jm… Como moriste…
-Ha... Algo extraño y largo de contar, soy un vampiro. ¿Cómo crees que morí?
-Tienes razón… Cuéntame tu historia viejo amigo.
-Ha… de acuerdo. En ese entonces yo tenía unos 20 años, y ni me acordaba de ti.
-Gracia hombre.
-De nada. Pues las pesadillas estaban más agresivas que nunca, atacaban a todo el mundo que salía de las murallas, y por culpa de esto el comercio ya era casi inexistente. Yo, como soldado de la ciudad no me podía estar de brazos cruzados. Cogí una decena de soldados y me fui a luchar contra las pesadillas. Cuando salimos de las murallas vimos una cosa que no esperábamos, no había pesadillas, sino que un único hombre con la piel a trozos estaba plantado delante de nosotros. Lance los soldados hacia él, pero en un abrir y cerrar de ojos, simplemente con las uñas, les mato. Y me quede yo solo ante él, pensando el huir, pero imposible de actuar por el miedo en el cuerpo, un mítico vampiro estaba delante de mí como otro hombre, sin nada más que unas largas uñas y unos afilados dientes caninos. El vampiro se acerco hacia mí, hasta estar enfrente de mí. Y cuando estuvo tan cerca que podía notar su fio aliento, me abrazo, puso sus dientes en mi cuello y me chupo la sangre para que yo formara parte de la gran especie sanguínea.
-Jm… Eso es una muerte horrible…
-¡No! Es la mejor muerte que se puede tener, ahora soy casi eterno. Pero que te puedo decir… ¿Tu eres un elegido no?
-Le dije que no.
-Eres bastante estúpido de dejar pasar algo tan majestuoso.
-¡Va! Demasiado trabajo.
-Por cierto, ¿ya has ido a la necrópolis a batearte?
-¿Qué?
-¿Qué no lo sabes? Ay señor…
-Explícate.
-Mañana, ¿te quieres quedar a dormir? Tengo una cama en otra habitación, creo recordar que era cómoda.
-Ug… no lo sé, tengo a mi “Valiente” y a mi “Maniaco” en casa de unos desconocidos.
-Tal como me los has explicado no les pasara nada.
-Ok, mi olvidadizo JM me quedo a dormir.
Cuando se puso el Sol, Draker y Jm se fueron a dormir.